C4 - Aproximando forma

O donde viven los monstruos....

Cuando los profesores me dijeron que diseñara no seguí más que creyéndome mis fantasías. Crecieron en mi mente hasta que forma me rodeaba. Estando allí solo tenia que descubrir la manera de explicarlo.

[ Entre corchetes explico lo pagano detrás (o delante) de tanta narración poética. ]

Identidad:  
Empecé pensando sobre la unidad de la cultura, el individuo. Me observé y encontré cuál era el primer límite físico entre mi cuerpo y el mundo, la ropa que uso. Me proteje a la vez que me define como persona. Tiene un significado para mí pero también para los que me rodean. ¿Será la arquitectura la ropa de la sociedad?

[ Tenía esta idea en la cabeza, el individuo. El protagonista de la historia era para mí una especie de monje ermitaño, un ser nómada cuya casa es lo que lleva. Recientemente llegado a Atenas me identificaba con esa idea así que decidí retratarme. Una por una fotografié mis piezas de ropa. Tenia lo que pude embutir en la mochila. Luego procedí con mis objetos personales. Al ver el trabajo, un amigo me dijo entusiasmado: "¡Pero si eres tú!". La catalogación de mis ropas era, sin duda, un autorretrato. ]

Solidaridad: 
Arquitectura y cultura són recíprocas. Quiero un lugar donde las culturas puedan hallarse y encontrarse. ¿Cómo seria físicamente tal acto? La gente se agrupa en cículos como lo hacen los árboles. Pienso en la ciudad como en un bosque, donde los animales cohabitan de diversas maneras interpretando la vegetación como su particular infraestructura.

[ Sentía una especie de satisfacción arrogante con la narración sobre el aeropuerto. Aun compartir mi agrado, los profesores, "por mi bien" decidieron reventar el lugar que había elegido. Pues, había forzado el enunciado hasta tal punto que ni siquiera trabajaba en el mismo lugar que mis compañeros. Me obligaron a rectificar. Mentiría si no dijese que tuve que lidiar con mi ira, mi peor enemigo, siempre por dentro como un veneno. Igualmente, el orgullo no me iba a dejar mover el proyecto porque me lo dijesen unos profesores, tenia que ser mi intención. Seguía obsesionado con las asambleas en el aeropuerto, la amalgama de casas y el bosque. Haciendo bocetos al azar fue cuando encontré que los tres escenarios compartían el mismo diagrama. Cada esfera era un grupo de elementos - personas, muros, hojas - que se agrupaban en torno a un significado. Estas esferas se aglomeraban por yuxtaposición. He de reconocer que tuvieron razón en hacerme cambiar de lugar. Con la narración sublimada a diagrama ahora podía explicar y entender más cosas. Ese patrón lo cumple desde la disposición de corros en un botellón masivo hasta un bosque. Describe la ocupación del suelo democráticamente.

En esta etapa también empecé a desarrollar una filia por la metáfora del bosque. Un camino que todavía hoy no ha dejado de alimentar mi imaginación. Con el árbol en sección quería representar como los animales lo perciben como infraestructura. Pues, usan de cobijo, camino o comedor, sus raíces, su tronco, sus ramas o sus hojas. Comparaba los animales del bosque con distintos estilos de vida. El árbol es siempre el mismo, solo que según tu condición te lo apropias de una manera u otra. También me gusta que en el bosque hay múltiples niveles de conexión horizontal. Pues las hormigas se mueven bajo tierra, los jabalíes en el suelo, las ardillas en las ramas y los pájaros en las hojas o el cielo. En un un cierto instante pueden compartir todos en el mismo árbol y luego irse cada uno por su camino. Conexión directa e indirecta a la vez. Esta seria una idea clave para el diseño final. ]

Virus:

Sé lo que quiero pero no cómo me avengo con lo existente. ¿Podria una arquitectura ser solamente una idea? Una idea que al igual que el código genético de un virus habita, utiliza y descompone espacios ajenos a él. Imagino un proceso en el que este patrón de ciudad crece desde las infraestructuras existentes. Parasita las casas y crece desde allí acabando por desmantelarlas al construir la ciudad.

[ Inyecta su código genético en una célula para reproducirlo, luego la destruye y reparte miles de copias de si mismo. Hace unos meses me fascinaba entendiendo el sistema de reproducción de los virus y ahora es vox populi porque amenazan a la humanidad entera. En fin, ironías de la vida.

Tenia que encontrar la manera de relacionarme con el lugar. Una intuición de algo del proceso vírico me surcaba la mente. Leí un artículo que hablaba sobre un virus que podía matar no sé qué tipo de cáncer. Allí estaba mi metáfora. El tejido urbano existente es un cáncer, el virus es la arquitectura que propongo y su código genético la cultura de la gente. Hice un collage con imágenes microscópicas de virus sobre las construcciones del lugar. Clamaba que en vez de derribar, se iban a descomponer lentamente mientras nacía una arquitectura con otra naturaleza. La única parte que no me gustaba de la metáfora era que la cultura evoluciona mientras que el virus no. Aunque en realidad sí lo hace, así que nada... ]

Antipolis:

La sensación que tuve al visitar el emplazamiento fue alienación. El tejido urbano existente es lo contrario de la ciudad que imagino. Me pregunto si el negativo de ese sitio seria el lugar que hay en mi mente.

[ Que de la no ciudad salga la ciudad, fue una idea que me fascinó tanto que la apliqué directamente. Admito que no pude, o no quise, hacerlo literalmente. La verdad es que las casas existentes son tan horripilantes que hasta su negativo me parecía un desastre estético. Aun así, el negativo de la morfología urbana, en abstracto, sí que funcionaba. Guiado por la idea de molde negativo hice una maqueta de poliestireno. Fui rascando un prisma cuadrado de tres centímetros de ancho hasta generar el espacio potencial que imaginaba. Luego le superpuse unas pequeñas piedras de arcilla, repartidas al azar, que simbolizaban las actuales casas. Lo encofré y aboqué el hormigón blanco.

Como un niño en la mañana de reyes me levanté a ver el resultado. Me costó, pero puede separar ambos lados sin dañarlos. Con un cepillo de dientes pulí las piedras de arcilla, ahora incrustadas en el hormigón. La maqueta se desangraba en la tina de la ducha. Me pareció metafórico que se lo llevase el agua. El resultado final fue esta amalgama blanca con cráteres rojos. Una arquitectura que de tanto superponerse acaba por ser una topografía que se abre por distintos orificios: respiraderos, chimeneas, lucernarios y patios.

Cuando empecé a trabajar este concepto tenía la idea que de vaciarse cada casa se generaba el negativo. Sin embargo, la maqueta presentaba un gesto un poco diferente. Es más bien una masa que proviene de otro lugar, seguramente información, que se adiere a lo existente y termia por fagocitarlo. A través del tiempo una forma puede transformarse en su negativo pero no puede alterar su masa de la nada.

Fui criticado otra vez, la homogeneidad visual de la propuesta negaba la diversidad de la gente. Me defendí diciendo que se trataba de entender el proceso más que de representar una forma final, pero tenían razón. Proclamé que esta llamada diversidad aparecería en una escala más pequeña, cuando se empiecen a ver personas. ¿A caso los cascos antiguos de cualquier ciudad, espacios urbanos diversos, no parecen una sola cosa cuando se miran a escala 1:5.000? ]

Emulsión:

Estuve observando las hormigas un parterre del barrio. Ellas construyen sus casas con el material del lugar, la arcilla. Abstrayendo a esos pequeños invertebrados es como si la tierra cobrara vida. Como si la ciudad creciera del suelo como una emulsión de barro y aire.

[ Estaba claro, a la gente que vive en el lugar no se le iba a girar la tortilla de un día para el otro e iban a construir el negativo de su ciudad. Tenía que ser un proceso social invasivo que viniese del exterior. No me importa cual, me importa la idea. Si bien la materia gris iva a venir de lo universal, la materia prima tenía que venir de lo local. Tenia que ser una pura emulsión de lo que ya es ese lugar. Como la espuma que se forma encima de la cerveza al removerla me imaginaba la arquitectura como una leve agitación de la corteza terrestre. La arcilla del lugar avivándose para hospedar a los humanos. Me pareció que la maqueta anterior ya aclamaba este concepto.

Hice esta sección ancha. De derecha a izquierda: edificio, patio, edificio, calle, edificio, puerto, edificio, mar. ABACADAE. Esta dualidad iba a ser una de las claves para resolver el proyecto. ]

Umbral:

Sí, vamos constantemente del negativo al positivo y viceversa, pero la cuestión es cómo. Me parece que su arte está en la manera en que lo hacemos. Este instante en que es negativo y positivo al mismo tiempo.

[ Estando en un mismo lugar todavía podía creerme que no era yo, que eran ellos. Estando en otro lugar y viendo que seguía igual, acabé por sospechar más de mi mismo. Cambiar de universidad me ha ayudado a observar una de mis fobias. Todavía no tengo claro porqué tal temor, pero al menos lo he localizado. Me da pavor terminar las cosas, y por consiguiente, diseñar. Siempre me pasa que en cierto momento del proyecto empiezo a divergir con decenas de idas, manifiestos, conceptos, argumentos y toda clase de aspavientos, con tal de no entrar en una fase conclusiva que me permita acabar. Recomienzo el proyecto de forma viciosa hasta que me quedo sin tiempo. Solamente la ansiedad y la adrenalina de la entrega final me pueden arrancar de semejante bucle. Y no creo que sea perfeccionismo, es una especie de obsesión ciega.

Este segundo semestre hemos elegido a los mismos profesores de proyectos. Desde el inicio de curso me han hecho dos comentarios personales. Estábamos compartiendo un cigarro y hablando del pasado semestre cundo Ifigenia me dijo que sí, que estaba muy bien mi proyecto, pero que podría haber llegado a él un mes antes. Le respondí que tenía razón, pero que entonces no hubiese sido tan divertido. Se rió. Otro día, corrigiendo por Skype, le comenté a Giorgos precisamente acerca de mis miedos y me respondió que tal vez amaba demasiado la estabilidad. No lo niego.

Total, que ya se acercaba el momento de diseñar y en vez de ello, me puse a investigar la obra de Eduardo Chillida. Aunque no tenía ningún propósito concreto, cuando llevas tanto contenido específico en la cabeza es inevitable proyectarlo sobre todo aquello que observas. Una especie de disonancia cognitiva constructiva. Al menos a mí, me ayuda a avanzar con el proyecto sin diseñar propiamente. Es una especie de artimaña para mí fobia. ]

Cortes:
Como escenas que se preceden, cortes narran la composición material del lugar. Inicialmente cortes consecutivos de un mismo tiempo, también pueden un mismo corte a lo largo del tiempo. Agua, tierra y aire palpitan. Vida.

[ No hay mucho más que contar. Le gané a la fobia por aburrimiento... o al revés... no sé. ]